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El poder de los granos de arena | Parte 6 | Entrega 9

  • Foto del escritor: Maria Eugenia de Hart Zea
    Maria Eugenia de Hart Zea
  • 19 may
  • 4 Min. de lectura

Bogotá D.C.

Lunes 19 Mayo 2025


Texto que acompaña la FOTO:

De mis tejidos, San Francisco de Asís con sus hermanos animales.

El psicólogo C.G. Jung y Wolfgang Pauli, Premio Nobel de Física definieron la sincronicidad así:

“Sincronicidad es una coincidencia con sentido y significado entre eventos en donde opera algo más que las leyes del azar”.


En la Entrega de hoy me pareció interesante compartir algunas coincidencias a propósito de la muerte del Papa Francisco y la elección de su sucesor, el Papa León XIV. El hilo conductor es FRANCISCO:

1. El cardenal Jorge Mario Bergoglio tomó el nombre de FRANCISCO cuando fue elegido Papa en 2013. Con ese nombre hizo su primera aparición en el balcón frente a la multitud que lo esperaba. No lucía la vestimenta ni ornamentos lujosos usuales de los Papas al presentarse recién elegidos.

El mensaje de sencillez y coherencia en su servicio siguiendo a Francisco de Asís fue claro y así llevó su misión hasta el último día de su vida, el Domingo de Pascua 20 de abril, muriendo al día siguiente. Su dedicación ante todo fue la responsabilidad con respecto a los seres humanos desprotegidos y agredidos por la codicia, y a la protección del planeta amenazado por el cambio climático, también causado por la codicia humana.

2. En este mes de mayo se eligió como nuevo Papa al cardenal Robert FRANCIS Prevost quien escogió como nombre: León XIV.

En su presentación desde el balcón frente a todos los que esperaban ver al nuevo Papa dejó clara su intención de seguir los pasos del Papa Francisco. Pero ¿por qué eligió el nombre de León XIV?

3. La respuesta es que sigue al Papa León XIII, quien a finales del siglo XIX y durante su papado de 25 años se dedicó a la responsabilidad social de la Iglesia Católica y a la reparación de daños causados por la Revolución Industrial. En sus palabras:

“Por lo tanto, el que tenga talento, que cuide mucho de no estarse callado; el que tenga abundancia de bienes, que no se deje entorpecer para la largueza de la misericordia; el que tenga un oficio con que se desenvuelve, que se afane en compartir su uso y su utilidad con el prójimo”.

4. Y por último: el hilo conductor de Francisco:

La oración de paz conocida como LA ORACIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS no fue escrita por él. Apareció en 1913 en una pequeña revista en un pueblo en Francia en forma anónima. Alguien la compartió con otros y por una cadena de curiosos hechos (o sincronicidades) fue tocando mentes y corazones.

Con el tiempo llegó hasta el Vaticano durante la Primera Guerra Mundial. El mundo entero vivía una pesadilla y se buscaban oraciones de paz; entre muchas llegó ésta al Papa Benedicto XV (años después llegó el Papa Benedicto XVI y tras su renuncia eligieron al Papa Francisco). Como explica el escritor franciscano Leonardo Boff:

“Todas estas oraciones incluida la de San Francisco iban dirigidas al Sagrado Corazón de Jesús, devoción introducida en toda la Iglesia Católica a finales del siglo XIX; con ella se pretendía rescatar una dimensión olvidada en el cristianismo tradicional: la riqueza de la

humanidad de Jesús, de su amor incondicional, de su misericordia, de su ternura para con todos, especialmente los más desprotegidos.


“Esta popular devoción favorecía un espíritu humanitario de paz y reconciliación, realmente urgente en aquella coyuntura de guerra mundial. Fue, pues, en ese contexto en el que la ‘Oración por la Paz fue publicada por L’Osservatore Romano en 1916, transformada ecuménicamente en una oración de unión entre las religiones que oran por la paz: la paz

mundial, la paz social, la paz ecológica y la paz personal. “Y, ¿POR QUÉ ESTA ‘ORACIÓN POR LA PAZ’ pasó a ser llamada ‘ORACION DE SAN FRANCISCO’?

Por una simple casualidad histórica: poco tiempo después de la publicación de la ‘Oración por la Paz’ en Roma, un franciscano mandó imprimir una tarjeta en cuyo anverso aparecía la figura de San Francisco, y en el reverso la ‘Oración por la Paz’. Al final se consignaba: ‘esta oración resume los ideales franciscanos, a la vez que representa una respuesta a

las urgencias de nuestro tiempo’.

Y fue precisamente esta pequeña frase la que propició el que la oración dejase de ser únicamente la ‘Oración por la Paz’ y fuese también conocida como ‘Oración de San Francisco de Asís’.

“Curiosamente, la oración de consagración al Sagrado Corazón de Jesús, publicada por LEÓN XIII en 1899, tiene una estructura semejante a la actual Oración de San Francisco, especialmente por lo que se refiere a la tríada de contraposiciones discordia/unión, error/verdad y tinieblas/luz”.


5. Aquí está la hermosa ORACIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS. En estos tiempos turbulentos que vivimos es tan pertinente como en los años del Papa LEÓN XIII y de la Primera Guerra Mundial, y da luces de esperanza que Papas como FRANCISCO y LEÓN XIV recojan sus banderas:


ORACIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS


Señor,

haz de mi un instrumento de tu paz.

Que donde haya odio, lleve yo amor;

donde haya ofensa, lleve yo el perdón;

donde haya discordia, lleve yo la unión;

donde haya duda, lleve yo la fe;

donde haya error, lleve yo la verdad;

donde haya desesperación, lleve yo la esperanza;

donde haya tristeza, lleve yo la alegría;

donde haya tinieblas, lleve yo la luz.


Maestro,

haz que yo busque más consolar que ser consolado;

más comprender que ser comprendido;

más amar que ser amado.

Porque es dando como se recibe;

es perdonando como se obtiene el perdón;

y es muriendo como se vive para la vida eterna.


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