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El poder de los granos de arena | Parte I | Entrega 13

clubdeloscuerdos

Bogotá

Domingo 21 Junio 2020


De mis tejidos: Mis dos mujeres favoritas: LA PEQUEÑA LULÚ y MAFALDA Acompañadas por la Lechuza Gruñosa del País de las Verduras.

EL PODER DE LOS GRANOS DE ARENA

Citas de mis lecturas y pensamientos

María Eugenia de Hart

ENTREGA 13

PAPELITOS DE COLORES


Algo diferente:

En la Entrega 12, la anterior, usé una imagen de un faro en un atardecer para ilustrar mis ideas acerca de la vejez como pináculo de la vida, no como un descenso a la descomposición antes de la muerte. Como promesa de vida para todo joven y no como amenaza de descenso a la desesperación a partir de los treinta años y con muchas décadas por delante. La vejez como la respuesta a la pregunta: “¿Qué quieres ser cuando grande?” que nos hicieron de niños, cuando al fin somos grandes, más que adultos.

Es el anciano el que llega, si así lo ha escogido a través de sus largos años, a la cima de la experiencia humana. Y puede contemplar la espectacular visión del paisaje que lo rodea, desde el nivel del mar hasta el Monte Everest. Abarcando todo no sólo con su visión sino con suficientes elementos recogidos en su vida para “comprender el vasto sentido de las cosas”, como decía el poeta Amado Nervo. Y para al fin ser libre, característica de la gente grande.

A los pocos días de esa entrega me encontré entre mis libros a uno de mis autores favoritos: Herman Hesse. Me puse a releer uno de sus libros: MI CREDO, y fue como encontrar de nuevo a un amigo querido y un gran maestro en mi existencia. Para mí, desde muy joven, Herman Hesse fue uno de los faros que iluminó mi vida a través de mis logros y tropiezos desde la juventud.

Así que en esta Entrega de los Granos de Arena quiero presentarles a un hombre que es ejemplo viviente de madurez, cordura, decencia, imaginación y sabiduría con inteligencia sorprendente. Ni más ni menos que un faro que nos viene como anillo al dedo para el momento histórico insólito que estamos viviendo.


Citas del libro

MI CREDO

De Herman Hesse, Premio Nobel de Literatura en 1946

(1877 – 1962)


1. De la Introducción

de Siegfried Unseld (quien hizo la recopilación de los escritos de Hesse para este libro)


“No se consigue nada –escribió Herman Hesse en el año 1931- afirmando que la guerra, el capitalismo y el nacionalismo son malos: Es preciso sustituir los ídolos por un credo”.

Hesse escribió un credo, no el credo.

“El credo al que me refiero –explicó en una carta- persigue otro fin: “Creo en los hombres”. “Creo en las leyes de la humanidad, que son milenarias”.

“Creo que, pese a su aparente absurdo, la vida tiene un sentido…” “Oigo la voz de este sentido en mi interior… intentaré realizar cuanto la vida exija de mí en tales momentos, incluso aunque vaya contra las modas y leyes establecidas”.


2. La obra de Hesse ha alcanzado siempre su máxima influencia en las épocas de crisis: después de la Primera Guerra Mundial; en la crisis económica mundial: después de 1945, siempre que la juventud se hallaba envuelta en el caos y buscaba una orientación; su influencia actual en Estados Unidos tampoco se debe a la casualidad.

Independientemente de cómo pueda ser juzgado en el futuro, ni siquiera sus adversarios ideológicos negarán el respeto a la categoría moral de Hesse y a su documentación en los puntos de vista políticos y religiosos.


3. “Lao-tsé no ha de sustituir para nosotros el Nuevo Testamento, pero ha de enseñarnos que algo similar surgió bajo otro cielo y en tiempos aún más remotos, y esto debe fortalecer nuestra fe en que la humanidad, aunque esté dividida en razas y culturas dispares e incluso hostiles, constituye una unidad y tiene posibilidades, ideales y objetivos comunes”.


4. “El alma de las cosas, la belleza, sólo se nos revela cuando no codiciamos nada, cuando nuestra mirada es pura contemplación.

“Porque contemplación no es examen ni crítica, sólo es amor. Es el estado más alto y deseable de nuestra alma: el amor desinteresado”.


5. “Muy raro, extremadamente raro, es el hombre que en la conversación cotidiana manifiesta su alma”.


6. “Nos empeñamos en que la vida ha de tener sentido, pero lo cierto es que tiene exactamente el sentido que nosotros somos capaces de darle”.


7. “En resumen: querer mejorar a la humanidad resulta siempre inútil. Por ese motivo yo siempre he explicado mi credo a individuos aislados, pues el individuo es susceptible de educación y perfeccionamiento, y según mi credo, es y siempre ha sido la pequeña élite de hombres de buena voluntad, sacrificados y valientes la que ha preservado en el mundo el bien y la belleza”.

(ME: Alguna vez leí que “Dios jamás ha contado con más de un

puñado de almas dispuestas a dejarse incendiar para romper

las tinieblas”.)


8. “Porque el mundo nos paga ciertamente nuestras creaciones, muchas veces incluso con creces, pero no nos paga con vida, con alma, con felicidad, con sustancia, sino con aquello que tiene para dar, con dinero, con honores, con inclusión en la lista de personas prominentes”.


9. “Nuestra conducta en la vida no depende tanto de nuestros pensamientos como de nuestras creencias”.


10. “Una cabeza de profeta en el pórtico de una catedral, un par de acordes de la música de Monteverdi, Bach, Beethoven, un trozo de lienzo de Guardi o de Renoir, son suficientes para contradecir todo el teatro bélico de la brutal historia universal y presentar otro mundo, espiritual y dichoso. Y por añadidura, las obras artísticas tienen una duración mucho más segura y prolongada que las obras de la violencia a las que sobreviven durante milenios”.


11. “En mi opinión, y según mi experiencia, el peor enemigo y corruptor del hombre es la tendencia nacida de la pereza mental y de la necesidad de calma, hacia lo colectivo, hacia comunidades de dogmática absolutamente fija, ya sean religiosas o políticas”.


12. “La inmensa mayoría necesita siempre, en su calidad de rebaño, una ley y unas normas que pueda seguir sin reflexionar”.

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